Cuando cursaba mis estudios primarios (sépase que han pasado bastantes años jajajajajaja) para ir hasta la escuela debía recorrer una distancia grande, pero entre los juegos con el resto de los niños del barrio y las travesuras, la distancia se acortaba de una forma increíble.
Lo cierto es que a todos nos gustaba hacer ese recorrido juntos, y más de una vez el juego de los escondidos se hizo en un inmenso palmar que rodeaba una finca, que en años posteriores pasó a nombrarse como El palmar de Santa Damiana.
Lo cierto es que aquellas palmas ejercían una fascinación entre nosotros, quienes creíamos que de forma mágica aparecieron en ese lugar y que hasta los muertos se escondían en ellas para asustar a la gente por las noches.
De día era otra cosa aquella amplia extensión de tierra rodeada de palmeras, tenía un toque romántico y algunos besos furtivos encontraron cabida en los lugares más alejados de la gente, fundamentalmente en la zona cercana al río.
Al crecer, el antiguo palmar de Llevada, ( que así lo llamó su dueño) siguió teniendo la misma fascinación para mí y no hay ocasión que pase cerca de él, que no me invada la nostalgia por los juegos de la infancia, por nuestra ingenuidad, por la belleza del paisaje y por la cubanía de esas palmas, que son también mías aunque las haya plantado otro.
realmente es maravilloso lo que escribes en esa foto si me ubico bien geograficamente la guagua va de san juan a pinar llegando a la bodega de honorio
HOLA ,ES MUY LINDO RECOEDAR LA INFANCIA Y LOS LUGARES QUE DE UNA FORMA U OTRA LO MARCARON A UNO SIN SABERLO.MIS SALUDOS Y ENCONTRE ESTE BLOGS HOY POR PRIMERA VES Y LO NOTE INTERESANTE,GRACIAS Y SALUD Y SALUDOS.
Qué bueno te haya agradado mi bitácora, espero nuevamente tu visita. Que la felicidad simepre te acompañe Jorge.
GRACIAS POR RESPONDER Y TE DESO LO MISMO A TI Y PRONTO SI DIOS QUIERE ESTARE POR MI TIERRA QUE TANTO QUIERO Y ADORO,SALUDOS JORGE.
Pues ojalá pronto puedas estar por acá Jorge, cuídese ud mucho y espero q nos veamos.